jueves, 6 de octubre de 2011

Golpeador golpeado

En tantos años por el campo he visto montones de tipos garroteadores. Es gente que se descarga con cuanto animal tiene a mano.
Si se retoba un novillo, allá van y lo recuestan contra el alambre en algún caballo vivaracho, y le van moliendo el lomo a palos metros y metros… ¡Pa que aprenda!
Si un perro torea donde no debe y les hace volver una vaca de las que están encerrando, no lo retan, le tiran con lo que tengan a mano. Una vez tuve que atender uno, al que le habían perforado un pulmón con un cuchillo en estas maniobras.
Si el caballo en el que van montados esta alunado, o no pisó como ellos quieren, le dan un palo por la cabeza para educarlo, y así han quedado mancarrones tuertos a causa de estos personajes.
Celestino Aldalur es un tipo así.
Ese día estábamos preparando el rodeo para el tacto y él se puso a apartar en la tranquera. Como siempre, agarró un palo grueso para ayudarse. Las vacas iban pasando al otro corral y dejábamos las crías atrás, pero había un ternerón empeñado en seguir a las vacas, así que varias veces Celestino tuvo que jugarse para atajar el animal.
¡Hasta que se calentó! Y en una arremetida del bicharraco, alzó el palo y se lo descargó en medio de la cabeza. El pobre animal cayó como fulminado por un rayo, pero la suerte quiso que el garrote rebotara en la cabeza de la víctima y se alzara directamente a la cara de Celestino. Fue tal el golpe, que el candidato cayo para atrás y se dio de nuca contra el poste de la tranquera. Y allá quedó tendido.
Hubo que llevarlo a la Sala de Primeros Auxilios y de ahí al Hospital de Lobería, donde estuvo una semana internado.
Dicen que ahora sigue pegando, pero con más cuidado.

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